
Cinco costarricenses mueren al día víctimas del tabaquismo

Luis Muñoz Montero tiene actualmente 69 años de edad. Es oriundo de San Juan de San Ramón y de profesión mecánico automotriz, aunque ha desarrollado otros trabajos en su vida, como su paso por la radio realizando labores de locución.
El tono de su voz es grave y tiene un hablar pausado, forma de expresarse que hoy le permite afirmar que, gracias a su decisión definitiva de dejar de fumar cigarrillos de tabaco, hace más de diez años, logra disfrutar más la vida.
Su anhelo por dejar atrás un vicio en el que estuvo atrapado por 34 años llegó, por primera vez, gracias al nacimiento de su hija Stefany.

“Cuando nace mi princesa Stefany le rogué a Dios por dejarlo, necesitaba vivir, no envenenarme más para criarla, educarla, verla crecer o sea formarla”, recordó.
Según dijo, logró alejarse de este vicio por un periodo de diez años. Sin embargo, tuvo una recaída y volvió a caer en el consumo del cigarrillo, el mismo que comenzó en su adolescencia, cuando estaba en la época del colegio.
“A los 13 años de edad inicié el fumado, inducido por compañeros del colegio. La adolescencia, ese cambio de sentirse en un nuevo rol de vida me llevó a meterme en el vicio”, recordó.
Luego de su reinserción en el vicio, tras diez años de abstinencia, encontró ayuda en las Clínicas de Cesación de Tabaco que desarrolla el Instituto Sobre Alcoholismo y Farmacodependencia (IAFA) en San Ramón y en 33 centros de atención más que la institución tiene en el país.
“Gracias a Dios que existen estos programas para dejar de fumar. Me dieron las armas para lograrlo y triunfar. Viviré agradecido con todo el personal del IAFA”, destacó.
Muñoz Montero explicó que a donde ha tenido oportunidad de narrar su historia dice siempre que “vencí a la muerte en ese campo”.
“Mi vida cambió: gané en salud. Hoy puedo saborear la cuchara de mi esposa Lorena Granados, cargar a mis nietos y salgo a trotar 5 kilómetros cada día. Mi vida es una bendición”, aseguró.
ENTREVISTA
Helvethya Alfaro Solano, médica de IAFA San Ramón
¿En qué consiste el plan de trabajo para personas fumadoras, desarrollado por el IAFA?
Consiste en un proceso terapéutico, muy individualizado, donde se analizan las condiciones de la persona que ha buscado ayuda para cesar el tabaco, se le hace una historia clínica detallada, valoración médica y proceso de terapia, de orden cognitivo conductual y motivacional; a su vez todo un proceso psicosocio-educativo, con la información sobre el tabaco y la salud, sus daños, efectos al cuerpo, y las estrategias conductuales a trabajar en conjunto con una medicación si así lo requiere.
¿Cuál es periodo de trabajo para que una persona pueda dejar el cigarrillo?
Esto es muy individualizado, cada persona, con todas sus situaciones de fondo (psicológicas, emocionales, físicas, ambientales, familiares, etc.) trabajará en su proceso en su propio tiempo, generalmente, dándole un apoyo desde IAFA, preferiblemente cada ocho días, al iniciar, luego cada quince días, y por último dejándoles cita cada mes, esto desde medicina, trabajo social y psicología, según la necesidad del usuario. Y podría llevarse desde pocos días para cesar hasta meses para hacerlo, pero siempre se quedarán en un proceso terapéutico al menos por un año, para reforzar esa cesación y la prevención de recaída.
¿Hay algún trabajo psicológico, pensando en que la adicción puede generar reacciones emocionales fuertes?
Claro, la dependencia al tabaco es física y psicológica, siendo esta última, de las más difíciles de trabajar. Y como se lo indiqué, se trabaja de manera interdisciplinaria, donde la parte psicológica es protagónica. Una de las terapias más utilizadas y que los estudios han demostrado que tienen mayor éxito, es la Terapia Cognitivo-Conductual.

¿Es posible saber una estadística en relación a cuántas personas inician y logran terminar el proceso? Visto desde el trabajo de la oficina Regional.
Si, en cuanto a la forma en que se ha hecho, anteriormente a través de las Clínicas de Cesación de Tabaco (que era en grupo la atención, proceso psicoeducativo, pero que a su vez se les daba atención individual médica a cada persona del grupo, y luego, si así lo requería, también psicológica o social), o de forma individual, como se hace actualmente; se han logrado tener porcentajes de cese al consumo de un 75% a un 85%, a través de estos 14 años que desde la Región de Occidente damos atención.
¿Qué razones han logrado determinar ustedes para qué alguien abandone el propósito de dejar el cigarro?
Son muy variadas las razones, y como le explico, es muy individual. Pero por lo general han sido por salud física, porque algún familiar le ha insistido, por la economía (“cada día son más caros los cigarros y la bolsa ya no me da…” lo expresan algunos pacientes), porque están cansados de depender de algo, desean ser libres, porque fue una indicación de algún médico que lo atendió, o una indicación laboral, entre otras.
¿De qué factores depende que una persona realmente pueda dejar el fumado?
Es definitivo, que la motivación personal que tiene el usuario para dejar de fumar es fundamental, como yo les digo, ya tienen un 50% del trabajo ganado, por otra parte, el apoyo de las personas más cercanas, la condición psicológica- mental por la que la persona se encuentra a la hora de cesar, si es presencial las consultas, la posibilidad de permisos que le den para asistir si es que está laborando, el compromiso de asistir puntualmente a las citas esté o no laborando, compromiso de cumplir lineamientos recomendados, etc.
Un vicio que mata cinco personas al día en Costa Rica
En Costa Rica, según datos de la Caja Costarricense del Seguro Social cinco personas mueren por día solo a causa del tabaquismo, es decir, un 9,3% de todas las muertes que se producen en el país, siendo las enfermedades cardiacas y la EPOC (Enfermedad Pulmonar Obstructiva Crónica), las principales atribuibles al tabaco.
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS) en el 2019, el tabaco mató a 7.9 millones de consumidores. Adicionalmente, muchos fumadores y personas expuestas al humo del cigarrillo deben hacer frente a las consecuencias cardiovasculares, derrames cerebrales, enfermedad pulmonar obstructiva crónica y cáncer en fumadores.
Adicionalmente, si las personas fumadoras de tabaco se contagian de SARS-COV-2 y desarrollan COVID-19, se vuelven mucho más vulnerables y poseen un mayor riesgo de presentar complicaciones más severas por la enfermedad, por el compromiso de su sistema inmunológico y un pulmón dañado por el tabaco.
De acuerdo con la doctora Helvethya Alfaro Solano, médica de IAFA San Ramón, el acompañamiento terapéutico puede estar acompañado de medicamentos como los nicotínicos y los no nicotínicos.
“Los nicotínicos, muy usados antiguamente y aún algunas personas los usan, son aquello que tienen nicotina y que se usan de una forma escalonada, esto es una dosis inicial y poco a poco se van bajando hasta no usarlos, en este caso el paciente debe de dejar de consumir tabaco y se le da el tratamiento; me refiero aquí a los chicles con nicotina o a los parches con nicotina”, describió.
Estos medicamentos generalmente las personas los usan sin indicación médica, ni recomendaciones, por lo que, pueden decir que no sirven. “Pero con una buena directriz y apoyo psicoeducativo y terapéutico pueden ser de utilidad (estos medicamentos tendrían que ser comprados por el paciente)”, añadió la especialista.
Otros tratamientos, son medicamentos de corte antidepresivos, que han dado utilidad, como el Bupropion, Vareniclina (estos deben ser comprados por el paciente) y otros más tradicionales (son medicados desde IAFA) usados de acuerdo a la sintomatología que presente el paciente cuando ya está en su proceso de cesación y presenta síndrome de abstinencia. Todos estos tratamientos, si es que se usaran, siempre deben de ir de la mano con un proceso terapéutico y educativo como lo expliqué anteriormente.
En nuestro país en abril de 2020, las autoridades del Ministerio de Salud, la Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS) y el Instituto sobre Alcoholismo y Farmacodependencia (IAFA), lanzaron el primer programa virtual para dejar de fumar y vapear conectado a un BOT a través de Facebook Messenger.

Las personas que se encuentren interesadas en inscribirse pueden enviar un mensaje al número de WhatsApp 8723-8716 o bien, a través de las páginas de Facebook “Dejar de Fumar y Vapear” y allí se les solicitarán los datos de inscripción y una fecha de cese para comenzar a interactuar con el programa.
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