

Recibir la noticia de que un cáncer está tomando control de su cuerpo, no es una noticia fácil de digerir para la mayoría de las personas diagnosticadas con esta enfermedad.
Más aún, llevar adelante el proceso de tratamiento y toda la carga emocional que ello representa, junto a las repercusiones de los tratamientos solo es posible, como lo afirman los pacientes, con la ayuda de Dios y el aporte que la Asociación Acompáñame brinda los enfermos y sus familiares.
Andrea Araya Esquivel, es oriunda de San Ramón, y desde hace ocho meses su vida dio un giro radical, cuando luego de un examen se confirmó un diagnóstico por cáncer.

“En febrero de este año recibí una noticia de esas que uno no desea escuchar, que le cambia la vida y la gira totalmente. Mi pareja descubrió un pequeño bulto en una de mis mamas, así que decidí hacerme todos los estudios necesarios para saber qué era. A los pocos días recibí el informe, mi diagnóstico: un Carcinoma Ductal Infiltrante triple negativo en grado III, en palabras sencillas un cáncer de mama sumamente agresivo y de rápido crecimiento”, explicó.
A partir de ese momento, comenzó el proceso que incluye atención médica en el Hospital México, donde ya pasó por 16 quimioterapias, una cirugía de la cual está en recuperación y está a la espera de la radioterapia.
“Un proceso de salud donde tengo que dar infinitas gracias a Dios porque me ha ido super bien, sobre todo con la “quimio” donde prácticamente no he tenido efectos secundarios, aun así, no deja de ser la parte fea de este tratamiento y por supuesto todos los cambios físicos que conlleva”, destacó.
Andrea comentó que han sido 8 meses duros de citas continuas, viajes a San José, incapacidades laborales, agujas por todo lado, dietas y cuidados especiales. Pero, a la vez afirma ha sido una etapa de gran crecimiento emocional y espiritual donde definitivamente sea dado cuenta que no está sola.
“Tengo a mis seres queridos que me apoyan y aman, una gran familia (Araya Esquivel) que han estado dispuestos en todo momento. Mis más cercanos familiares: mis padres, mis hermanos, mis hijos, mi pareja, mi nieta que son motores todo terreno para continuar luchando. Los amigos “los de siempre” que están ahí incondicionales, con mensajes, llamadas, muestras de cariño, acompañamiento, inyectando energía, motivación y vibras positivas. Y sobre todo Dios que con su gran misericordia me ha permito sobrellevar paso a paso este proceso de salud”. detalló.
“Viví la ayuda de Acompáñame con mi papá”
Doris Morera Jiménez, vecina de Concepción de San Ramón, afrontó con una fuerza inexplicable el proceso que vivió con su papá Danilo Morera Valverde, “el guerrero el valiente”, como le llama ella.
“En papá fue un cáncer de próstata con metástasis en huesos, diagnosticado en el 2018. Fue referido a la Clínica del Dolor, donde fue atendido muy bien. Recuerdo y aprecio mucho a la doctora Báez, las enfermeras Gaby y Rita que siempre estuvieron al pendiente de la salud, tienen una calidad humana increíble”, recordó.
Según dijo, su papá tuvo muchas afectaciones, principalmente en huesos, pero que también causó daños en otras partes del cuerpo, ya que hizo metástasis en el pulmón. En el 24 de julio de 2020 falleció producto de la enfermedad. Fue luchador y valiente, sufrió mucho dolor e impotencia como ser humano que somos. Fue un proceso muy duro”, afirmó.

Ella afirma que esta enfermedad destroza a toda la familia. Se lleva a muchos seres queridos dejando un enorme vacío.
“En este proceso de tratamiento de papá en la Clínica del Dolor, la doctora Báez nos refirió a la Asociación Acompáñame y fue cuando conocimos la agrupación. Comenzó con control de fisioterapia porque le dolía el cuerpo y le costaba movilizarse. Recibió ayuda psicológica”, explicó.
Agregó: “Es lo mejor que nos pudo haber pasado. Es una asociación hecha de puro amor y de buena intención y comprensión. Desde la secretaria hasta la persona de la terapia. Papi amaba ir a esas terapias porque sentía mucho alivio.
Resaltó que como parte del trabajo de Acompáñame, les prestaron implementos de aseo personal, para poder levantarlo y bañarse. Estuvieron anuentes a lo que papá necesitaba. Hasta en alimentación, recibió donación de alimentos.
Más que una mano solidaria
“Definitivamente, en este proceso uno siempre encuentra ángeles en el camino que te van ayudando a sobrellevar tu día a día”, destacó Andrea Araya Esquivel, al referirse sobre el apoyo que recibe de Acompáñame.
Dijo que en una de las tantas consultas una doctora le preguntó qué tipo de ayuda estaba recibiendo, aparte de la quimioterapia. Al darse cuenta que ninguna, ella misma realizó la referencia respectiva desde Cuidados Paliativos a la Asociación Acompáñame en donde recibe el servicio de Psicología, desde hace alrededor de 4 meses.
“Sumamente importante para mí la ayuda que me ha brindado la Asociación Acompáñame y el servicio de Psicología en todo este camino recorrido. Una organización con un personal muy especial y humano, dan un servicio excelente de apoyo y acompañamiento. Además, super agradecida con el beneficio que también otorgaron a mi hija de 12 años, quien en todo este proceso ha estado un poco vulnerable, por lo que no solamente ven al paciente sino también a sus familiares como en mi caso, mejorando definitivamente nuestra calidad de vida”, añadió.

Por su parte, Doris Morera Jiménez explicó que la Asociación representa una pieza fundamental para afrontar esta enfermedad, tanto para el enfermo como el cuidador.
“El fisioterapeuta me enseñó masajes. Es un grupo increíble por la ayuda completa que brindan. Se siente apoyado y gracias a ellos he entendido de porqué pasan las cosas; ahí hay ayuda en lo psicológico. Debe existir por siempre”.
Morera Jiménez agregó que gracias a la Asociación su papá logró sobrellevar de la mejor manera el proceso de la enfermedad, sus dolores fuertes y la atención que lo ayudaba mucho.
“Para mí como cuidadora ser parte de este grupo ha sido de vital importancia no solo en la enfermedad, sino en sobrellevar su muerte. Ellos han sido muy colaboradores con nosotros. Luego de la muerte nos han seguido apoyando”, aseguró.
Cuando su papá falleció de inmediato fueron a hacer entrega del respirador y utensilios que les habían prestado para ayudarse.
“Ese día la secretaria, María José, me vio destrozada, muy mal, porque yo había tragado mucho dolor, oculté mi dolor para que papá encontrara el apoyo que necesitaba. Fue mucho el dolor de verlo sufrir y recibir sus tratamientos. Fue una unión muy fuerte entre nosotros. Lo chiné y cuidé todo lo que pude”, aseguró.
Sostuvo que al fallecer su padre quedó muy mal en lo emocional y físicamente el brazo izquierdo se le afectó por un desgarro y tuvo daños en la columna.
“Me brindaron apoyo psicológico y de terapia física. Voy cada semana a la terapia. Mi mamá también recibe terapia física y psicológica. La Asociación nos ha ayudado mucho”, concluyó.

Calidad en la atención brindada
Tanto la administradora de la Asociación Acompáñame, Mariela Gamboa Arredondo, como la presidenta de la agrupación, María Luisa Benavides Hernández, la organización procura el mayor bienestar posible para los pacientes, así como para los familiares y acompañantes.
¿Qué hace diferente Acompáñame de otros grupos dedicados a brindar atención a personas con cáncer o enfermedades?
Mariela Gamboa: “Pienso que todos los grupos tienen sus fortalezas y virtudes. Cada grupo debería amar lo que hace y la misión de la organización. Pero para hablar de nosotros, nos identifica el amor, el compromiso y la real entrega a nuestros pacientes y su núcleo.
No es una frase trillada, pero el talento humano que tenemos es excelente, su vocación y entrega las identifica, hacemos un trabajo interdisciplinario entre terapia física, nutrición y psicología, no son áreas apartes, trabajamos con paciente como un ser integral, lo conocemos, se establece un lazo de confianza que hace sentir al paciente que no está solo en su proceso.
María Luisa Benavides: «Lo que hace diferente a la Asociación Acompáñame de otros grupos dedicados a brindar atención a personas con enfermedad oncológica, y no oncológica, es que damos atención al paciente en fase terminal y dolor crónico, referido por la Clínica del dolor y cuidados paliativos del Hospital Carlos Luis Valverde Vega de San Ramón para que se promueva en ellos calidad de vida, mediante la atención integral mediante el trabajo de un equipo interdisciplinario, tanto de control médico asistencial, de terapia física asistencial en el manejo del dolor, movilidad, psicológico para el soporte emocional, espiritual y familiar ante los procesos aceptación de la enfermedad, de los procedimientos, del amor filial entre familiares y el paciente, manejo de estrés, del dolor, de las pérdidas y el duelo.
A nivel Nutricional de la mano con la condición de salud física, emocional, social, y espiritual, requerimientos y estado de la enfermedad, necesidades y soporte en nutrición saludable. Hace la diferencia el proceso en que los pacientes logren calidad de vida asistida, en atención interdisciplinaria, en el hogar y en familia y procurar una muerte digna».
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