

REPORTAJE ESPECIAL | El pasado domingo 14 de junio, se reportó un deslizamiento con personas atrapadas dentro de un vehículo, esto cerca de las 7 de la noche, en Piedades Norte de San Ramón. La emergencia se presentó del puente sobre el río Barranca 100 metros hacia La Esperanza.
La noticia por sí sola, solamente reflejó la magnitud de un evento natural, ocurrido producto de la fuerte lluvia que se día cayó en la zona. Para fortuna de los pasajeros y del conductor solo fue el daño material al auto.
Sin embargo, la luz del día siguiente dejó en evidencia una preocupación mayor para diez familias que habitan en la que ellos denominan «Calle El Tajo», por que oficialmente esta vía no tiene nombre registrado ante la Municipalidad ramonense.
Ellos están preocupados porque una de las huellas (camino de cemento) que permite acceder a sus viviendas corre peligro de desaparecer, ya que está a muy pocos centímetros del lugar donde se originó el deslizamiento.
De hecho, en una fotografía se aprecia una grieta que hace pensar pronto el paredón podría ceder más.

Según afirman llevan más de ocho años realizando gestiones ante diversas instituciones, pero principalmente ante la Municipalidad de San Ramón para tratar de contar con un camino en buenas condiciones. Esas solicitudes incluyeron lastreado de la ruta y una solicitud para la colocación de cunetas para canalizar las aguas y evitar que estas causen daños como el de ese domingo.
Producto del esfuerzo de los lugareños y de contar con apoyo de la Municipalidad, hace ya varios años habían logrado la construcción de las huellas, las cuales vinieron a ser un alivio ante su preocupación de acceso a la zona.
Estas se hicieron en dos etapas: la primera de las cuales se efectuó hace unos ocho años y la segunda hace poco menos de tres años.
“Fueron construidas con mucho esfuerzo. Aquí se hicieron venta de tamales y rifas para reunir el dinero y construir esos casi 200 metros de huellas. La Municipalidad nos dio materiales, pero la mano de obra fue puesta entre los vecinos”, aseguró Mirania Rodríguez Chaves, presidenta Comité de Caminos «Calle El Tajo».
Según dijo, la preocupación por una posible afectación de la huella de cemento es amplia, ya que en el lugar habitan adultos mayores y menores de edad. Además de personas que cada día deben salir a sus trabajos.
“Parte de esfuerzo para contar con las huellas fue porque aquí hubo personas que ocupaban silla de ruedas para poder llegar a sus casas. Además, era necesario poder dar un acceso adecuado a las ambulancias para cuando se presentaban problemas de salud en alguien”, agregó.
Ofrecimiento de cunetas sin cumplir

De acuerdo con Rodríguez Chaves, ellos consideran que con las cunetas se habría evitado poner en riesgo este acceso vial.
“Hace algún tiempo, la Municipalidad se comprometió a ayudarnos con la colocación de las cunetas que faltaban. Actualmente, solo hay 50 metros a cada lado del camino. Sin embargo, hasta la fecha no han cumplido su palabra”, señaló la dirigente comunal..
En consulta a la Municipalidad de San Ramón, el ingeniero Andrés Zúñiga Castro explicó que efectivamente esta vía es un camino de responsabilidad municipal.
“El acceso en cuestión es una ruta cantonal, descrita bajo el código de caminos 2-02-160, bajo lo cual es responsabilidad de la Municipalidad su mantenimiento”, detalló.
Al funcionario municipal se le consultó en torno a que los vecinos afirman que hubo ofrecimiento municipal de colocar cunetas. Sin embargo, afirmó que no tiene conocimiento sobre este particular.
“Hasta la fecha el Departamento de Planificación Urbana desconoce compromisos adquiridos por la Administración de forma oficial. Se ha dado mantenimiento a la vía como se da a los 900 kilómetros restantes del cantón de la mejor forma posible”, especificó.
Mirania Rodríguez Chaves, también comentó que tienen preocupación y malestar por cuanto, en una información dada a la Asociación de Desarrollo Integral de La Esperanza, se indicó que este lugar cuenta con declaratoria de riesgo por parte de la Comisión Nacional de Prevención de Riesgos y Atención de Emergencias (CNE), por lo que la Municipalidad no podría intervenir el lugar.
“Yo tengo ocho años de vivir acá. Cuando llegué había unas cuatro casas. Las otras se han ido construyendo con el paso del tiempo. Esas nuevas viviendas se hicieron desde cero, con los permisos que fueron otorgados por la Municipalidad. Si este sector fuera inhabitable ¿por qué la Municipalidad dio parte de las cunetas que se colocaron?”, cuestionó.
Sobre este panorama, el ingeniero Andrés Zúñiga Castro explicó que las zonas de riesgos las proporciona la CNE bajo estudios de geología, ingeniería y otros.
“La administración acata las recomendaciones, sin embargo, según la ley un profesional adscrito al Colegio Federado de Ingenieros y de Arquitectos de Costa Rica (CFIA) y bajo un diseño podría construir en zonas con algún grado de riesgo bajo su responsabilidad”, sostuvo.
Larga lista de peticiones
En el recorrido de ocho años que llevan los vecinos de esta comunidad pidiendo ayuda para mejorar el acceso a sus viviendas, figuran múltiples gestiones.
En la lista de peticiones figuran más de siete documentos enviados a la alcaldía, la Unidad Técnica de Gestión Vial y hasta un recurso de amparo ante la Sala Constitucional, el cual fue denegado por los Magistrados.
“Hemos hablado con la Municipalidad desde los tiempos que doña Mercedes Moya era la alcaldesa. Nos han tendido la mano, pero a veces sentimos que ahora no nos han ayudado como necesitamos”, explicó Mirania Rodríguez.
Su disconformidad apunta a que, si el trabajo de las cunetas se hubiera hecho, la situación de deslizamiento ocurrida el domingo se pudo haber prevenido y más aún, ahora no estaría en peligro la huella de cemento que permite el acceso hacia sus casas.
“El agua corre abriendo campo. Si las cunetas hubieran estado, eso hubiera ayudado a canalizar mejor. Eso hasta habría evitado que ocurriera alguna otra tragedia, producto de la caída de materiales a la calle principal que comunica hacia Piedades Norte”, relató.

La dirigente se refiere a que el día lunes, al menos tres motociclistas derraparon y sufrieron caídas por tener que evitar pasar por donde estaban los materiales.
Consultado el ingeniero de la Municipalidad ramonense, Andrés Zúñiga Castro, sobre cuáles podrían ser las soluciones municipales a la situación que actualmente viven estas 10 familias en ese lugar, el funcionario fue claro en su respuesta.
“Como primer paso se solicitará la intervención de un geólogo de la CNE para la evaluación del caso y después de las recomendaciones se comunicará lo correspondiente”, dijo.
De acuerdo con la dirigente comunal, ya procedieron a interponer la denuncia ante el servicio 911 con el objetivo de que sea comunicado el problema a la Comisión Nacional de Prevención de Riesgos y Atención de Emergencias (CNE).
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