

A falta de un año para jubilarse, Rolando Herrera Mata recibió un nuevo llamado del Ministerio de Educación Pública (MEP). Corría entonces el año 2014 y quien nació un 21 de setiembre de 1964, en San Pedro de Montes de Oca, aceptó convertirse en la máxima autoridad de la Dirección Regional de Educación Occidente.
Para ese año, él se encontraba laborando como Supervisor de Centros Educativos en Hatillo, también en la Ciudad Capital. La vida laboral lo trajo para hacerse cargo de la instancia educativa encargada de los cantones de San Ramón, Palmares, Naranjo, Sarchí y Zarcero, servicio que concluyó el pasado 24 de enero, cuando se acogió a su jubilación.
En sus palabras, pasaron siete años de gran aprendizaje y la vivencia de experiencias únicas que como educador lo llenaron en su vida laboral.
Hoy, Rolando Herrera Mata vive cada día de una manera diferente. Afirma que extraña ir a trabajar y mantener contacto con la comunidad educativa, el personal docente y administrativos y por supuesto echa de menos a sus compañeros de la DRE Occidente.
Sin embargo, su futuro lo tiene bastante claro. Está lleno de ilusiones y metas, acompañadas de disfrutar al máximo lo que logró cosechar fruto de su trabajo y que en esta nueva etapa le va a permitir hacer realidad un tiempo de descanso debidamente planificado.

¿De dónde es Rolando Herrera Mata?
Nací en San José, en San Pedro de Montes de Oca un 21 de setiembre de 1964. Soy miembro de una familia de 12 hermanos. Una hermana mía se casó con un ramonense y vivió en San Ramon. Los demás viven en San José y hay uno en Estados Unidos. Tengo 53 sobrinos. Mis padres ya descansan en los regazos del Señor.
¿Cómo fue su etapa de niñez y adolescencia?
De mi niñez puedo decir fue una muy agradable, feliz como todo niño de barrio jugando en las calles, asistiendo a una escuela a la que para llegar debía ir caminando cerca dos kilómetros. Había sus tardes de barriada, alegría, jugando trompos y canicas. De adolescente tuve la oportunidad de trabajar en el autocinema en Sabanilla de Montes de Oca, ahí era operador de cine. Para entonces tenía menos de 13 años por lo que mis padres buscaron la autorización del PANI.
Gracias a vivir esa experiencia me pagué los estudios trabajando de 6 de la tarde a 12 de la noche y al día siguiente debía ir a clases en la escuela Monterrey Vargas Araya, además fui al colegio José Joaquín Vargas Calvo.
¿Cuándo y cómo supo que quería trabajar en Educación?
En realidad, mi experiencia vocacional como educador fue por accidente, no creí llegar a ser educador. Me ofrecieron dar clases en el Colegio Nocturno de Tres Ríos y ahí me enamoré de la educación, no me arrepiento, me siento muy feliz y realizado.
Inicié como educador en 1986 como profesor de Religión y Filosofía, luego trabajé en el Liceo Mario Quirós y también trabajé en el sector privado en el Colegio Saint Claire. Después trabajé como asesor de Educación Religiosa en la Dirección Regional de Desamparados.
Posteriormente fui Supervisor de la zona de Acosta y fui Director en el Colegio José Albertase en Los Guidos de Desamparados, también anduve por Cervantes de Cartago, San Antonio de Coronado y fui Supervisor en el Circuito 02 de la Dirección Regional de San José. Posteriormente trabajé en la UNED como Director de Cátedra y de Programa. Volví como Supervisor en Hatillo donde estuve durante 9 años, de ahí me vine a la DRE Occidente, donde sumé 7 años de trabajo.
¿Qué lo hizo aceptar ser Director Regional en Occidente?

Yo creí que me iba a jubilar en Hatillo. Cuando me ofrecieron la DRE Occidente en mi mente estaba venir un año para retirarme. Conocía San Ramón y la Zona de Occidente de manera turística por paseos familiares esporádicos por la zona. Al asumir me solicitaron algunas participaciones de colaborar en organización de la DRE y llevar algunas situaciones coyunturales en las que querían que yo colaborara. Vine con deseos de ayudar, ha sido una experiencia que me enseñó mucho. Me quedé 7 años por la calidad de las personas, lo agradable y la nobleza de la gente. El primer año traté de viajar cada día, pero luego decidí alquilar un apartamento y luego hice casa propia. Opté por convivir con las costumbres, la paz, tranquilidad, generosidad y solidaridad de este pueblo ramonense. Espero estar aquí por mucho tiempo.
¿Cuál fue su mayor enseñanza al estar al frente de la DRE Occidente?
Como Director Regional son muchas las enseñanzas importantes, hubo crecimiento profesional, como persona y como ser humano. Destaco la sensibilidad en los proyectos de Educación Abierta donde admiré, valoré y motivé a todas aquellas personas que no habían podido concluir o iniciar sus estudios en escuelas y colegios. Educación Abierta me dejó experiencias muy lindas de gente luchadora con limitaciones de tiempo, familiares o económicas, pero que se esfuerzan por salir adelante. Ver el compromiso de tantos compañeros educadores, asesores, administrativos y supervisores, eso lo motiva a uno a colaborar en el proyecto educativo.
¿Cuál es el significado de la Educación para Rolando Herrera Mata?
La educación significa transformación, crecimiento, oportunidades y muchos valores, tanto en el proceso como el efecto que produce. Es un espacio maravilloso, donde el ser humano crece, se promueve a ser mejores personas, ciudadanos o padres de familia. La educación es una plataforma para impulsarse a nuevas oportunidades. El ser humano se transforma interiormente a nivel de valores, de vida, de opciones laborales y culturales; la educación es algo maravilloso que se debe promover y acrecentar.
¿Recuerda alguna situación especial?
Anécdotas son muchas. Recuerdo a una señora de unos 65 años en un programa de Educación Abierta en Sarchí. En una de las clases me enseñó su cuaderno y me dijo “pude poner mi nombre, el de mis hijos y el de mis papás. Hasta ahora los puedo escribir” y con lágrimas me enseñaba esa hoja bendita que tenía en sus manos, pero con mucho orgullo manifestando que lo había logrado. Eso lo transforma a uno, son cosas sencillas, pero de gran valor. En mi despedida recibí una nota de un niño de Educación Especial que me agradeció por lo hecho en la educación. Él tenía referencia hacia mi persona, me llenó de orgullo, complacencia y estima.
¿Qué se lleva de su paso por la Educación?
Yo me llevo muchas alegrías de este tiempo de servir como Director Regional. Son muchas las satisfacciones de metas logradas, de compartir con personas bellas y excelentes profesionales y seres humanos. Me siento agradecido de haber compartido con una población donde en verdad agradecen los esfuerzos que se hacen. En Occidente hay calidad profesional de los compañeros. En resumen, siento una satisfacción de poder haber servido a la población educativa.
¿Cómo han sido estos primeros días de jubilado?
Confieso que ha sido extraño, luego de tantos años de trabajar. Yo casi digo que ha sido una adicción mía trabajar tanto. Me he sentido realizado, tomé la decisión porque me había sobrepasado. Estos días en San Ramón he estado haciendo cosas de la casa que quería hacer y atendiendo algunas invitaciones de personas que me han demostrado su afecto y cariño. Ha sido un tiempo de ubicación y poco a poco me voy acomodando; extraño el trabajo y los compañeros. A pesar de que las instituciones están de vacaciones, supervisores, asesores y los compañeros de la DRE Occidente me han hecho falta.

¿Cuáles son sus proyectos de vida en esta nueva etapa?
Aprendí mucho del MEP y entre otras cosas la diversidad de escenarios. He tratado de ir creando lo que llamo nichos vitales, crear mis momentos, espacios y lugares. La idea es ir alternando: me gusta el campo, el cultivo, sembrar, la playa, la montaña, hacer ejercicios y leer. En distintos lugares tengo para compartir días y semanas, si me aburro en un lugar iré a otro. Eso sí, sigo con la parte académica con un curso en alguna universidad para transmitir lo aprendido, es de justicia colaborar a las nuevas generaciones con lo que la vida y Dios me ofreció en este tiempo de trabajo.
A pesar de los escenarios tengo casa en San Ramón, desde acá me moveré. Tengo mis gustos y pasatiempos, tengo mi caballo, una cuadra en la propiedad y un lugar con algunas de mis colecciones, me encanta el vidrio. Los tengo con mucho cuidado. Me gusta la jardinería con plantas medicinales y algunos árboles frutales que pronto van a cosechar. Quiero pasar mucho tiempo en casa conviviendo con personas de esta hermosa comunidad de San Ramón
¿Cuál es su mensaje final a nuestros lectores?
Mi reflexión final para la comunidad educativa, sobre todo en este tiempo de pandemia, es que hagamos el esfuerzo máximo para cuidarnos, promover valores, buscar siempre el bien a las personas. Hay que luchar por la armonía, la paz, la democracia, cuidar las instituciones estatales, velar para que siempre exista la justicia, la equidad. Tenemos que ser personas de valores y promotoras del bien común. Luchemos por el bien de las personas que nos rodean, pero ante todo busquemos ser felices con lo que tenemos, gozar de la vida al máximo y agradecer lo que Dios nos brinda.
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