Siempre he dicho, que en San Ramón uno alza una piedra y encuentra a un poeta, escribiéndole un poema a esa piedra. Nos encontramos poetas por doquier, o con personas con sensibilidad artística y gusto hacia las manifestaciones del espíritu. Grandes personalidades, en todos los campos, han nacido en este tranquilo pueblo. De ahí que, a este bello cantón, se le reconozca como “Tierra de poetas”, con excelentes bardos, bendecidos por las musas. Y no solamente es semillero de poetas, también tenemos artistas, en las diferentes manifestaciones de las Bellas Artes: pintores, músicos, escultores, cantantes, entre otros. . Voy a referirme, en particular, a una de esas plumas de riqueza lírica, que emerge de la poeta Rocío Ramírez González, quien presentó su primer poemario Con alas de esperanza, en el Centro Cultural e Histórico José Figueres Ferrer del cual es Directora. Editado bajo el sello Alma Huetar y con ilustraciones del maestro Olger Villegas Cruz (Premio Nacional de Cultura Magón 2010). Está dividido en cuatro secciones: Libertad, paz y justicia; Origen, familia y Patria; Mi Universo; Amor y Pasión.
Este libro nos lleva a la vida de su autora, a su pueblo, a su manera de ver el mundo poéticamente como ciudadana, mujer, madre y esposa, con figuras literarias finamente tejidas. Su lenguaje lírico es de una gran precisión y sin caer en lugares comunes, es asequible a cualquier tipo de lector.
En eso consiste, a mi manera de pensar, la calidad de un poema: ser asimilado por cualquier ciudadano y teniendo calidad literaria.
Encontramos estos versos: “…Tu recuerdo huele a naranja agria/ con dulce de tapa,/ a melcocha y tamal asado./ ¡Cómo te quiero abuela!” De manera clara y sin rebuscamientos literarios, la poeta nos presenta a su familiar, retratándola tal y como es.
Y continuando con la lectura, nos encontramos estas líneas: “ La bruma trae partos de poesía,/ de hijos nacidos en páginas históricas./ En el valle se despierta el fogón/ con sabor a café mañanero…” Dicho poema es una pintura de nuestro amado San Ramón, con un vocabulario coloquial y ameno, lleno de luz y poesía: “…Brota el arte en los rincones,/ canta la vida en tus campos,/ en la pupila del corazón te instalas/ llenando de orgullo a nuestra Nación.”
Y cual poeta que ama, se describe en las siguientes líneas de Prometo: “Estoy segura de mi amor,/ de mi esencia que se transmuta./ No soy invisible,/ soy sutil, táctil,/ ensimismada de auroras rotas…” La autora se presenta cual hacedora de amor, cual mujer que ama a plenitud, prometiendo a su amado “cuidarte en la esfera/imperfecta de este cristal/ llamado corazón”.
Bello poemario nos obsequió Rocío Ramírez, cual jardín inundado de estrellas. En cada verso, en cada sílaba, encontramos a la palabra desnuda y palpitante, cual ala y esperanza. Y yo, desde mi mundo de libros y poesía, alzo mi copa con vino, para augurar muchos éxitos a nuestra gran poeta, quien se une a la legión de panidas ramonenses. ¡Felicitaciones!
ALBERTO FONSECA.
Adiós
Te devuelvo el sueño que no pude hacer real
y te digo adiós alejándome de ti de puntillas,
para que no te perturben mis pasos,
regalándote otra oportunidad
para que en tu vida quede el verdadero amor,
el que en tu pecho no he podido hacer soñar,
mas si un día vuelves a pensar en mí,
recuérdame feliz sin tristeza
vestido de ilusiones,
mira en los colores del atardecer…
Búscame en aquellos sueños,
en lo que un día fueron,
más no te preguntes ¿por qué no pudieron ser?
Y cuándo veas brillar las estrellas
no te olvides que muchas noches
a tu lado pude llegar al cielo
y subir en ellas
aun sabiendo que la mía sería una estrella fugaz.
Piensa si valió la pena vivir nuestra historia,
teniendo los días contados para vivirla
y un lugar en el corazón para esconderla.
Si algún día vuelves a pensar en mí
y sientes que me extrañas,
repíteme en silencio que me guardas en tu mente
y que dejé una huella en tu corazón.
Así aunque yo esté lejos,
sabré que en mi vida
no fuiste viento ni yo la hoja que dejaste caer
Francini
Para amarte me
hacen falta cien praderas,
la cama solo sería
una pequeña prisión.
Guillermo Naranjo.
Lejos
Solo dejas en mi memoria
el olor de aquellos besos
que no encontraron
un lugar en tu agenda.
Sara Castro Méndez.
Estás aquí
Todas las luces del mundo
gritan sus destellos.
Mis pensamientos revientan
en sinfonía alegre.
Hoy se siente tu presencia.
Las miradas atropellan al temor.
En los péndulos se detuvo
el futuro en pos de tus caricias.
De las manos brota deseo.
Tu pecho me serena.
La ternura fabricó murales
que disparan tu nombre.
Rocío Ramírez González.
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