Así se acostumbra a decir cuando una situación se vislumbra a lo lejos y que avanza hacia nosotros, pero que tarde o temprano la tendremos a nuestra par para enfrentarla, es como decir, que alguien empieza siendo marinero y luego se convierte en capitán.
La hora de la verdad le toca al nuevo presidente electo, que sale triunfante con una suficiente cantidad de votos que lo legitiman de manera holgada y que los costarricense han depositado en él la confianza para dirigir al país en los próximo cuatro años en los diferentes ámbitos: económico, social y en el campo internacional.
Hay tanto por hacer, que cuatro años son muy pocos, por ello considero excelente el sistema de reelección inmediata que utiliza el pueblo de Estados Unidos, que permite ampliar el periodo de tiempo por cuatro años más de forma consecutiva, si así lo consideran necesario sus ciudadanos, con el fin de que prosiga con la labor que le permita lograr las promesas ofrecidas en la campaña política.
Por esta razón el problema del déficit fiscal es sumamente complejo resolverlo en cuatro años y que esta solución le genere al mismo gobierno de turno los beneficios de su reducción significativa (máximo un 2% del PIB) o su eliminación es poco posible.
Por otro lado la reducción del desempleo mediante políticas de atracción de inversión extranjera y el uso de figuras de tratado de libre comercio, son alternativas que de materializarse mostrarían sus efectos positivos en el tercer año del mandato presidencial. Así mismo la pobreza motivada por la falta de empleo, tendría su cambio a partir de la reanimación de la economía en ese mismo tercer año de mandato.
Por ello, ha llegado la hora de la verdad para el nuevo presidente y para toda Costa Rica, pensar diferente puede traer muchos y mejores beneficios, por esto en algunas ocasiones, el otorgar un poco más de tiempo a un gobernante que se muestre exitoso y satisfaga las necesidades, es mejor que iniciar nuevamente una campaña electoral a partir del tercer año del mandato del gobierno de turno como suele suceder aquí en Costa Rica.