Por muchísimo tiempo los hombres y mujeres se han dedicado a tratar de conocer el futuro, para prepararse y evitar las dificultades, pero mientras lo intentan gastan mucho tiempo y dinero, esmerándose por saber lo que está por venir.
Sin embargo, lo que verdaderamente necesitamos, es tener la sabiduría para recordar cómo en nuestro pasado, el favor de Dios cubrió nuestras vidas y cómo hasta ahora ha cumplido sus promesas día con día.
Cuando ponemos nuestra confianza en Dios y dejamos que él sea, el que guie nuestro camino por sendas de justicia, tendremos la certeza de que nuestro futuro estará protegido por él.
Nuestra felicidad no puede perderse por pensar en un futuro que no sabemos si llegará, trabajemos para ser felices el día de hoy, forjemos nuestros futuro viviendo uno a uno nuestros días, si somos felices hoy eso es lo que cuenta.
Dios, sea cual sea tu definición de él, es el único que puede darte paz, tranquilidad y seguridad a lo largo de tu vida.