Laura Herrera Guerrero, hija y madre adoptiva.
Asociación de Padres Adoptivos Hijos Nacidos del Corazón
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En este nuevo mes del año los propósitos abundan, los cambios de vida, muchos desean enfocar aquel objetivo o aquellos objetivos con los que siempre han soñado pero por diferentes motivos los dejaron de lado una y otra vez. Muchas de estas intenciones, con el transcurso del tiempo van quedando de lado nuevamente ya que el corre, corre y el trajín de la vida actual nos consume el tiempo y las energías. Si analizamos que esto sucede con nuestro proyecto de vida en el cual obviamente incluimos a nuestra familia, la vida se convierte en una sola carrera en la cual no nos detenemos ni para ver quiénes de los que empezaron con nosotros quedaron de camino y lo peor es que gente a la cual decíamos amar, necesitaron una mano que no pudimos dar ya que el afán de llegar donde todos van y de tener lo que todos tienen se convirtió en nuestra meta.
Seguramente muchos de nosotros nos vemos en este espejo de descripción; pero si hemos logrado comprender que toda esta carrera no logró llenarnos como personas y menos construir una familia en la que todos y cada uno de sus miembros se sientan valorados, este es el momento de dar un giro para priorizar lo que verdaderamente vale así como amarrar nuestra vida al Primario que es nuestro Señor quien nos sustentará y sostendrá.
Para todas aquellas familias que esperan este año la llegada de su hijo(a), para aquellos que ya lo tienen, les presento este acróstico que encierra el verdadero significado de la adopción.
Amor sin límites: En la adopción nuestra mente y corazón se abren completamente, no existen barreras para amar.
Decisión de pareja: Juntos los dos iniciamos este proyecto de familia así que cuando ambos compartan y
comprendan la adopción será el momento indicado.
Olvido la culpa: Dejamos atrás el tormento de la culpa, si fue tuya o mía, o si Dios nos castigó; ahora es
momento enrumbamos más alto, de aceptar nuestra condición y considerarnos privilegiados
de amar sin límites.
Pertenencia mutua: La familia necesita ejercitar el sentido de pertenencia mutua ya que se unen para siempre y pese a las adversidades que puedan enfrentarse con la unión lograrán superarse.
Confianza en Dios: Ciegamente nos depositamos en el Señor para que su voluntad se cumpla en nuestras
vidas, con la seguridad que Él nos dará lo que necesitamos y no lo que nosotros creemos
necesitar.
Identificación diaria: Cada día que pasa debemos identificarnos más con el tema de la adopción para saber
ayudar y guiar a nuestro hijo(a), ser capaces de buscar ayuda y apoyo desde el principio y no
esperar a que la situación se vuelva inmanejable.
Oración constante: La sabiduría y la cobertura divina sostendrá nuestra familia
Necesidad satisfecha: En la adopción milagrosamente se da un empate de necesidades, nuestros hijo (a)
recibió aquellos padres que anhelaba y nosotros padres recibimos aquel hijo(a) que
deseamos.