Por lo general el asistir a la escuela se convierte en un evento emocionante y agradable para los niños pequeños. Sin embargo, para algunos esto les provoca intenso miedo o pánico. A la vez, una gran preocupación para los padres y madres que tienen que enfrentar este reto, de hijos que no quieren ir a la escuela.
Esta negación aparece generalmente después de un período en el que el niño ha estado en la casa en compañía de su mamá o papá y existe un fuerte vínculo entre ellos, por ejemplo, cuando se da por primera vez, después de las vacaciones o después de una breve enfermedad. Puede también suceder después de un evento traumático, tal como la muerte de un familiar o de una mascota, un cambio de escuela o mudarse a un vecindario nuevo.
Este fenómeno está relacionado con la Ansiedad por Separación: un miedo frecuente en los niños entre los 1 y 6 años que se refiere a las protestas del niño ante la marcha de los padres o de las personas que asumen este papel, al malestar ocasionado por su ausencia y a la ansiedad experimentada por la anticipación de su marcha.
En este caso, el niño o niña manifiesta dolor de estómago, de garganta o de cabeza justo antes de la hora de irse a la escuela. Estos síntomas desaparecen cuando se le permite quedarse en la casa, pero reaparece a la mañana siguiente. En algunos casos, se niega por completo a salir de la casa. En el lugar o centro educativo evitan al maestro, lloran y se aferran a sus progenitores para que no los abandonen. El pánico surge al dejar la casa, y no por estar en la escuela y por lo general está tranquilo una vez que logra quedarse con sus maestros.
Es muy difícil para los padres hacerle frente a este pánico infantil y a la resistencia de asistir a la escuela, conviene observar su comportamiento y si los temores persisten, pueden tratarse con ayuda profesional para que regrese a la escuela y a otras actividades donde logre sentirse seguro.
Licda Maritza Alfaro Varela
Psicóloga
Clínica Los Ángeles
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