A pesar que en estas elecciones partidos políticos de ideologías similares o muy diferentes presentaron sus propuestas para presidente y/o diputados, para el día de mañana, el presidente electo que asuma el poder por los próximos cuatro años, debe entrarle con los cuernos por delante a temas muy escabrosos, que han sido postergados por varias administraciones anteriores, y que por su connotación no pueden esperar tener las dificultades de frente para empezar a resolverlas, me refiero al régimen de pensión estatal, IVM (invalidez, vejez y muerte), éste régimen empieza a sentir los efectos de una pirámide poblacional cada más envejecida y menos natalicios, lo que dificulta su sostenibilidad por un plazo que supere el año 2040, es decir la actual población laboral que hoy presta sus servicios y contribución al país; pero además sobre este tema debe tomarse en cuenta que en Costa Rica existen varios sistemas públicos de pensiones, que difieren entre sí, en edad de retiro y monto que se perciben al momento que el trabajador se pensiona, que al final muchos de los recursos económicos que reciben estos regímenes de pensiones provienen del Estado, lo que muestra una distorsión y desigualdad tanto por los montos recibidos y por la edad de retiro, por ello esta tarea de importancia que debe asumirse con decisiones que respondan al largo plazo, ya que los regímenes de pensiones no pueden esperar las dificultades para intentar corregirlas en el corto plazo.
Los otros tres temas, que por si mismos tiene conexión, me refiero al déficit fiscal, impuestos e infraestructura, el déficit fiscal en términos sencillos es que el gasto del Estado es superior a los ingresos que percibe, por lo que genera una diferencia que debe ajustarse con préstamos a nivel local o con préstamos en los mercados internacionales, que al final de cada compromiso de pago que asume el Estado, cada uno de los costarricense debe contribuir con sus impuestos para honrar estas deudas; de ese tamaño son la grandes decisiones del nuevo presidente, que es asumir las diferencias entre ingresos y gastos con mayores deudas, o bien un nuevo paquete de impuestos sobre el cual la sociedad costarricense no muestra mucha simpatía; también se tiene el otro tema que se refiere a la tan necesaria infraestructura vial, aeroportuaria y de puertos, que de ser el Estado quién las realice, sin suficientes ingresos queda a expensas de nuevos impuestos ó mediante la alternativa privada o de concesiones, últimas que no han sido bien vistas por los ticos. Estos temas relacionados con la seguridad social de los trabajadores, déficit fiscal, impuestos e infraestructura son de urgencia para el país. Ideas, por lo visto hay muchas, pero faltan las decisiones.