Mariela Solórzano
“Pido al Dios eterno, creador de todas las cosas y Señor de Señores, que bendiga a Costa Rica dándole la capacidad a su pueblo y a sus gobernantes”, fueron las palabras de cierre del presidente Luis Guillermo Solís, tras recibir la banda presidencial en manos de la ex presidenta Laura Chinchilla.
El mandatario reconoció en su discurso que el país está viviendo una democracia la cual hizo un llamado al cambio, además dejo claro que durante su administración, existirá el dialogo y el compromiso de gobernar por el bien común.
Por otra parte, mencionó la responsabilidad en temas de tarifas eléctricas, banca para el desarrollo, apoyo a la industria turística, la atracción de inversiones, velar por el bienestar animal, entre otras.
En su un emotivo discurso que duró aproximadamente media hora, Solís resaltó su compromiso y agradecimiento hacia los costarricenses. Gobernaré con tres virtudes supremas la sensatez, la honradez y la coherencia entre lo que se dice y lo que se hace, fueron palabras del mandatario que desataron los aplausos del público presente.
Al finalizar sus palabras, el mandatario se mostró emotivo y rompiendo el protocolo de la actividad camino junto a su familia alrededor del estadio nacional, donde de manera muy entusiasta saludo a todos los costarricenses que se hicieron presentes al traspaso de poderes.
Mi pueblo, homenaje mejor a un pueblo tan devoto e ilusionado como el mío, que el servirle con tres virtudes supremas de la política: