Museos y turismo

Lic.  Luis Carlos Palazuelos Irusta | info@allcostaricaadventures.com

Los museos tienen valor turístico. De ser espacios donde se presentaban colecciones, los museos han pasado (o deberían) a ser espacios que conservan desde su propia arquitectura (idealmente debería estar en un lugar estructuralmente destacable) hasta la transmisión de experiencias propias de la cultura que allí reside.

Foto de Allan Mora | Nombre de la foto  Año Nuevo  Categoría:   Arquitectura | Ganadora del 1er lugar en categoría Arquitectura en el III Concurso de Fotografía Turística Inclusiva de Naranjo.

Los museos son como una tarjeta de presentación que comunica lo que fue el pasado, es el presente y hasta de lo quiere ser en el futuro.

La principal función del museo es su trascendencia social al estar abierto a su propia comunidad y a la comunidad de visitantes.

Lo que contiene el museo es un testimonio de su pasado, de la publicidad de su presente y de sus sueños para el futuro y en ese discurso eminentemente sensorial, el visitante debe salir con el deleite, con el gusto, con la experiencia agradable de haberlo conocido.

Evidentemente hay muchos tipos de museos y allí una de sus principales características: su nombre. Museo Antropológico, de Arte Moderno, Agrícola Campesino, Ciencia y Tecnología son algunos ejemplos de nombres propios que orientan al visitante sobre lo que allí se expone. Sin embargo, el museo moderno es más que un nombre, una colección y la difusión permanente de lo que expone. El museo como la cultura se transforma y cambia y hoy la tecnología aporta a la conservación, la investigación, la difusión, el acceso y para nuestro gusto, también aporta a la experiencia individual.

Como turista, no puedo visitar un destino  sin visitar su museo o sus museos. Allí conozco y entiendo el por qué de muchas cosas.

Es tarea del museo el atraer la atención del público y sostenerse por la vía que se pueda (Estado, boletos, eventos, etc.) pero el simple hecho de existir supone el constituirse en un atractivo turístico del lugar y así entrar en la ruta turística que se ofrece en un pueblo o ciudad, más allá del valor de su colección o de su exposición.

En un museo quizá se vea entre sus infografías: no fumar, no fotografiar, no comer, no correr, no tocar; sin embargo, no se ve un rótulo que diga no hablar fuerte, por ese hecho, la pregunta es: ¿por qué la gente baja la voz en los museos? Podría ser por el respeto que manifiestan propios y extraños, a la cultura y al arte del lugar.

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