
San Ramón. Para quien no la conoce aún, la Chía es una semilla que proviene de una planta herbácea que puede alcanzar los dos metros de altura inclusive y cuyas flores son de un color violeta. Este fruto ha venido adquiriendo cada vez más y más fama dentro gracias a los muchos beneficios para la salud que se le atribuye si se consume con regularidad.
La planta florece por lo general entre los meses de julio y agosto y requieren de un clima tropical o sub-tropical. Se dice que sus flores son hermafroditas y estas dan un fruto en forma de “aqueno” (fruto seco) pero rico en mucílago (sustancia viscosa), fécula y aceite.
Para su consumo, lo que se hace es colocar las semillas en agua, para que al remojarse suelten el mucilago creando una sustancia gelatinosa la cual se ingiere como bebida refrescante, esto agregando saborizantes si se desea. De igual forma las semillas pueden ponerse a secar y molerse para ser utilizadas como un tipo de harina o inclusive sus tallos tiernos en ensaladas. Las semillas de chía contienen proteína, fibra y aceite en porcentajes que resultan beneficiosos a la salud. Dentro de sus propiedades representa un alto grado de ácidos grasos Omega-3 siendo la mayor fuente vegetal, aporta energía, contiene antioxidantes, no contiene gluten, facilitan la digestión y el tránsito intestinal, y para quienes desean mantener su peso son muy útiles para ayudar a controlar el apetito y los niveles de colesterol y la tensión arterial.
Conversamos con don Juan Luis Salas quien produce la Chía de manera orgánica, y nos indicó que en realidad no se necesita algún proceso “especial” para poder cultivar esta planta. “Todo depende del cuidado que se le dé a la planta lo cual no difiere de algún otro sembradío particular”, indicó. Agregó que no necesariamente necesita de algún clima frio o caliente en especial y que con buen tratamiento se puede sembrar, eso sí, recalcó el no uso de algún fertilizante en particular. Además, como lo describió Himalay Salas, estudiante de 17 años del Colegio Técnico Profesional de San Ramón; la manera simple de plantarla es dejar crecer semillas en una bandeja de almácigo durante al menos un mes y con suficiente agua y luz para luego trasplantar de la bandeja a la tierra la cual está preparada con huecos para colocar la planta y solo es necesario abonar.
Por su parte, don Jose Luis comentó que de entre sus muchas propiedades, la más relevante es su alto contenido tanto de Omega 3 como de Omega 6 al punto que contiene inclusive más de este elemento que el salmón. Es así, como esta planta se convierte en una nueva aliada de todas aquellas personas que cuidan de su salud y que gustan de alternativas naturales que protejan su cuerpo sin necesidad de productos sintéticos o artificiales.