El abuso sexual a menores es sin duda un problema universal que se encuentra presente en nuestra sociedad en todas las clases sociales, ambientales o razas y que conlleva una serie de secuelas a lo largo de la vida.
Para que se dé un abuso sexual debe prevalecer una relación de desigualdad, ya sea en cuanto a edad, madurez o de poder entre agresor y víctima y la utilización del menor como objeto sexual. En cuanto al lugar en que se comete la agresión, depende del tipo de abuso: en el intrafamiliar, lo más habitual es en el hogar de la víctima o del abusador; en el extrafamiliar, en la calle, en el parque o en la casa del agresor.
Cabe destacar que ni todos los abusos son iguales ni afectan de la misma manera a la integridad psicológica de la víctima. En cuanto al agresor, en unos casos el abuso sexual infantil puede ser cometido por familiares (padres, hermanos mayores, etc) es el incesto propiamente dicho, o por personas relacionadas con la víctima (profesores, entrenadores entre otros).
Las conductas incestuosas son las más comunes y tienden a mantenerse en secreto debido al hecho de obtener ciertas ventajas adicionales, en este caso regalos, o bien el temor a no ser creída o a ser acusada por seducción, junto con el miedo a destrozar la familia o a las represalias del agresor. A veces la madre tiene conocimiento de lo sucedido lo que le puede llevar al silencio, en algunos casos es el pánico al marido o el miedo a perderlo o a desestructurar la familia; en otros el estigma social negativo generado por el abuso sexual o el temor de no ser capaz de sacar adelante por sí sola a la familia.
Algunos de los efectos negativos del abuso sexual son: pensamientos intrusivos, alteraciones de sueño, irritabilidad, dificultades de concentración, miedo, ansiedad, depresión sentimientos de culpa, etc; o un trauma que conlleva a un impacto psicológico como la sexualización traumática, pérdida de confianza, indefensión y estigmatización ya que distorsionan el autoconcepto y la visión sobre el mundo.
Es recomendable la búsqueda de ayuda profesional debido a que el abuso sexual constituye una experiencia traumática que repercute negativamente en el estado psicológico de las víctimas.
Licda Maritza Alfaro Varela
Psicóloga
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