A Lisìmaco
(En su centenario )
El oro del sol
de aquella mañana,
bañò las dos torres,
mas no las campanas.
Ellas enlutadas
guardaron silencio,
sus notas se ahogaron,
¡El poeta había muerto ¡
Las rimas cantoras
de poemas y versos,
cubrieron los aires
de todo su pueblo.
Hasta en los rosales
que movìa aquel viento,
lloraban sus pètalos
al son de lamentos.
Cumpliò sus anhelos
muy hondos y bellos.
Los altos cipreses
soltaron su aliento,
y su fresco aroma
perfumò el momento,
cuando allà, la huesa,
se cubrió de besos.
Te fuiste hace un siglo,
y hoy en el recuerdo,
vibran tus escritos
en todo momento.
Y en el camposanto
mirando hacia el cielo,
la cruz y la lira,
son tu monumento.
J. Castrov
Agosto 2013.
Incapacidad del olvido
( A la memoria de Lisìmaco Chavarrìa Palma )
El sol de mi pueblo te dio la bienvenida
porque contigo traìas, el ensaje de su luz.
Las estrellas iluminaron tu cielo,
y la tristeza te dio la alegría
para impregnar tus letras con ella.
El silencio y la paz, de tu época,
fueron tu fuente de inspiración
y en tus poemas dejaste lo que viviste en tu ayer.
Trascendiste en el tiempo
Y en el sideral monumento de Dios
Tus poemas se miran en cada noche de luna
y en cada estrella que lo componen.
Alimentas nuestras almas con tu herencia que nos hace crecer.
Sigues siendo un ejemplo para todos.
Hoy conmemoramos y lloramos tu partida
porque para tu pueblo…¡hoy es como si fuera ayer!
Lic. Cèlimo Sancho.
Lisímaco Chavarrìa Palma
(En el centenario de su muerte)
Mis respetos al bardo de mi pueblo,
al que amò su terruño con pasión
y lo ungió de su gloria y su ternura
¡Al poeta inmortal!
Al que supo plasmar entre sus versos,
la dura faena de los bueyes,
al remanso de las aguas cristalinas
y al canto del yigûirro en la tribuna.
Quien cruzò las fronteras con su musa
para llenarnos de orgullo y de prestigio;
a ti, maestro, mi loor.
A cien años ya de tu partida,
de saber que tu cruz es una lira,
la lumbre que dejaste està encendida
en el fértil terreno de la inspiración
en el casto linaje de tu pueblo amado,
tu natal San Ramòn.
Virginia Salas Cordero.
