Desde hace ya muchos años vemos con impotencia como poco a poco el proyecto de Juegos Nacionales se va debilitando, desde la incapacidad de los Comités de Deportes para organizar exitosamente las justas, pasando por las malas decisiones de los gobiernos, tanto locales como a nivel nacional para la entrega a tiempo de la infraestructura necesaria para celebrar este evento que premia y honra el deporte, cuyos protagonistas son nuestros jóvenes, y lo más triste es escuchar aquellos discursos huecos de quienes creen que son los dueños del deporte en Costa Rica, que dicen y saben la necesidad del fortalecimiento de este evento mas no hacen mucho por cambiar la situación actual, es mas algunos fomentan estos cambios experimentales que lo único que buscan es erradicar el deporte de nuestros jóvenes.
Desgraciadamente durante años las dirigencias a cargo del fortalecimiento del deporte, pecan de desconocimiento parcial o total, de cómo llevar a cabo exitosamente los proyectos que en el papel son una cosa más la realidad es totalmente disminuida y la excusa siempre es la misma que si no alcanzó la plata, o la tramitología entre otras tantas que para mí son solo excusas. Es risible saber que para 2014 los juegos nacionales se juegan en sedes distintas a nivel nacional como por ejemplo ir a Golfito para la presentación de Gimnasia, o Baloncesto Masculino tiene que viajar a Guanacaste y la división femenina de este deporte tiene que viajar a la Zona Sur, es increíble que hoy tengamos que ver que uno de los pilares de los Juegos Nacionales de mucho interés para la comunidad como lo es una ciudad sede que albergara los juegos, no sea parte de los planes de aquellos que no saben cómo llevar a buen puerto el barco del deporte nacional.
Definitivamente el más dañado de esta realidad llena de excusas e incapacidad es nuestra juventud, que poco a poco se queda sin espacios para practicar un deporte, ellos son los mas vulnerables en esta sociedad llena de pérdida de valores, convulsa, indiferente y sumamente egoísta.
Esta es la sociedad que hemos construido pero, ¿es la sociedad que queremos?
